PINOCHO

- ¡Ha quedado estupendo! - exclamó el viejo Geppetto dando los últimos toques al muñeco de madera.

Después, suspiró y dijo:

-¡Lástima que no sea un niño de verdad! ¡Me gustaría tanto tener un hijo!

Aquella noche, mientras Geppetto dormía, el hada Azul apareció en el taller del artesano. Tocó con su varita mágica al muñeco y éste cobró vida al instante.

- Compórtate como un buen hijo y haz feliz a Geppetto - dijo el hada.

Geppetto se alegró mucho y mandó al niño a la escuela.

Por el camino, Pinocho se encontró dos bribones que lo raptaron y lo vendieron a un gitano que tenía un teatro.El gitano Stromboli hizo cantar y bailar a Pinocho en el escenario y ganó mucho dinero en la función; pero cuando el muñeco de madera dijo que quería volver a su casa al lado de su papá, lo encerró en una jaula para que no escapase.

Pinocho lloró mucho hasta que el hada Azul vino en su ayuda.

- ¿cómo llegaste aquí?- Dijo el hada.

Pinocho empezó a mentir, y a cada embuste que decía le crecía la nariz. Al fin pidió perdón y el hada le liberó de su encierro.

Para desgracia de nuestro amigo, Pinocho volvió a encontrar a los bandidos, quienes le engatusaron para que fuera a divertirse al “País de los Juegos”. No sabía que los dos bribones sólo querían ganar dinero a su costa.

En el “País de los Juegos”, Pinocho se divirtió muchísimo, atracándose de helados y golosina; también entró en todas las atracciones que había por todas partes y de las que podía disfrutar cuanto le apeteciera. Sin embargo, aquel país estaba embrujado y todos los niños que allí iban se transformaban en borricos. A Pinocho empezaron a crecerle las orejas y a salirle una colita. Por suerte pare él, pudo escaparse a tiempo lanzándose al mar.

Cuando volvió a casa la encontró vacía. Geppetto había salido en su busca. El barco en que viajaba se lo había tragado una ballena. Pinocho se sintió muy avergonzado al ver que todo aquello había ocurrido por su culpa.

Para salvar a su padre, el niño de madera se lanzó al mar hasta encontrar a la ballena que lo había devorado. Valiéndose de su ingenio consiguió sacar del cuerpo del monstruo a Geppetto, y juntos nadaron hacia la orilla para ponerse a salvo.

El anciano no tenia muchas fuerzas y Pinocho tuvo que nadar arrastrando a su padre. Sin embargo, el esfuerzo que hizo fue tan grande que aunque consiguió salvar a Geppetto, él perdió la vida.

Lloraba Geppetto y apareció el hada.

-¡Te has portado bien, amiguito!-dijo a Pinocho-. Te convertiré en niño de verdad.

Todos se alegraron mucho y Pinocho fue siempre un niño ejemplar.